lunes, 15 de junio de 2020

ESPLENDOR EN EL CAMPO


¡Ven, andá!
Remueve tus ropas.
Desprendámonos no solo de nuestras prendas,
Despojémonos de nuestras inhibiciones,
desnudémonos de nuestra falsa moralidad bajo la blancura de las nubes.
No hay nadie alrededor de nosotros.
¡Ven, hagamos el amor!
En este aislado paraje lleno de esplendor,
compartamos nuestro ardor.
Que belleza de lugar para hacer el amor,
culminemos nuestros apasionados deseos,
calmando con este frescor el calor que nos ahoga,
entreguémonos al libre placer de nuestros ansiosos y delirantes cuerpos.
Atrevámonos a seguir los deseos frenéticos de nuestra lujuria.
Aquí, en este hermoso, apartado y verde lugar,
a sentirnos libres cómo las aves,
piérdete en mi nido,
mientras yo te doy el máximo placer succionando tu dulce y suculento pistil como un colibrí.
Deja que tu mirada se pierda en el azul celeste del cielo mientras disfrutas.
Concentrémonos en el armonioso trineo de los traviesos pájaros.
Deleitémonos con las suaves caricias de las espigas frondosas de la hierba al rozar nuestra piel.
Mariposas y libélulas frotan alegres sus aterciopeladas alas acariciando nuestros danzantes cuerpos.
Extasiémonos del aroma de las flores silvestres.
Que nuestros entrelazados cuerpos sientan el placer del rocío de nuestros fluidos.
Mientras el viento se arrulle con nuestros complacientes gemidos e incontrolables jadeos.
Que las frondosas ramas de los árboles nos aplaudan al ver el vaivén y estremecimiento de una sola figura.
Que toda la bella naturaleza sea testigo de nuestro amor y placer.

Martha Sonia Reyes

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