Es miércoles día de descanso y ella lo sabe. Todos los miércoles tiene la misma rutina: se levanta de su camita sobre las 8 y media para venirse a la mía a avisar que es hora de paseo, “¡Levántate, dueña dormilona”. Subimos a casa y su rutina cambia: vamos las dos a la cocina, ella se sienta a observarme café, tostadora, servilletas, cucharrilla y antes de la terminar ya está ella en la terraza preparada con su lengua lamiéndose los morros. Hoy es miércoles y desayunamos juntas.
Aldara Rincón Heredia
Compartida por Juan Luis Rincón Ares
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