La música, el placer de escucharla, de
sentirla, de apreciarla, enriquecedora
del alma, espíritu y corazón, da alegría
y sanación a esas tristes almas perdidas
que vagabundean por el mundo con pena
y dolor. La música suple la soledad por compañía.
GABRIELA GARGIULO -ARGENTINA-
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