miércoles, 24 de julio de 2019

LA LEY DE LA GRAVEDAD


Por la forma en que Rizos sube a la plataforma de madera de la mesa diría que a ella la gravedad le afecta menos que a Pupi como si tuviera un convenio especial, una cláusula modificativa individual de la Ley de Gravitación. Apenas flexiona un poco las patas delanteras y, de repente, se eleva mágicamente como si volará, sin un “¡uff!”, sin un jadeo. Pupi, en cambio, bufa, resopla y, en muchas ocasiones, fracasa en sus saltos golpeando con las patas o la barriga su objetivo y cayendo aparatoso al suelo. Lo intenta por segunda vez y si vuelve a fallar, se sienta a mis pies seguro de ser merecedor de mis caricias.

Juan L. Rincón Ares -Puerto de Santa María-

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