Tu aroma de hembra saludable y sensual está en cada fuente de agua dulce, en todo viento habido y por haber, y se hace uno con el mar. Constituye la tierra, está ínsito en el vuelo de cada ave, en el alma, cuerpo y sombra de todo hombre que nació después de ti y de todos los que nacerán aún después que te hayas ido. Tu fragancia de fémina en mitad del más bello éxtasis es el paraíso de las gulas en la aritmética de las apetencias…
Victor Diaz Goris
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