Desvísteme con tu mirada,
lentamente y arrópame
con besos apasionados.
Atrapa mis pensamientos;
agita este deseo
de fluir entre tus brazos.
Saborea, deslizando
todos los sentidos;
préndete del néctar
sagrado de mis labios.
Aprisiona mis anhelos
que te invitan a recorrer
un camino profundo y divino,
envolviéndonos en el amanecer;
en un laberinto de locuras,
deleitando el placer
en todo su esplendor
entre sábanas de seda,
navegando en un mar
de felicidad, embriagados
en ardiente pasión.
Sedúceme a perderme
en el deseo de tus ansias,
saciando tu sed de amar.
Átame con tus ardientes y
apasionadas caricias,
haciendo de este amor
una locura eterna.
Donde siempre reina
las ganas de seguir
fluyendo en la plenitud
desenfrenada y extasiada
de este sublime sentimiento
que nos envuelve en un viaje
sin parar al séptimo cielo.
F. Janeth Elizarraraz O.
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