sábado, 4 de agosto de 2018

QUEJIDOS


Quizás fue un amanecer,
o una noche de aurora con luz
pálida: nieve en tu piel.
Quizás fue una madruga, cuando
tu mente fue un rosario de versos
que tu pluma saturada de calor
y de sentimientos se convulsionó.
Parto de quejidos del alma sin dolores.
¡Sólo caricias de amor!
Quiero amarte más, para escribir
mil versos de amanecer sin dolor.
Reproducir en cada verso una historía,
una imagen de sonidos que dé
fuerza y colorido a mí voz.
Difuminar en el espacio celajes de
mil colores como un arco iris que...
jamás supo matizar un pintor.

Juana Campos Cortés

No hay comentarios:

Publicar un comentario