Quizás,
ya no se estremecerán tus células,
pero bésame
intentando acercarte
a la intensidad de la alegría.
Imaginemos que somos lo que fuimos,
amantes desesperados, fundidos en la ansía.
Sería mejor rechazarte,
pero bésame;
embriágate con el vino del pasado
que aun sin querer,
en el odre del amor,
ha mejorado.
Bésame
sin topar mis labios
porque están contigo,
sin rozar los tuyos
porque están conmigo.
Solo bésame.
Sacia en el sorbo anhelado,
la dulce sensación
que siempre has soñado.
Deja que tus labios vengan
como niños pobres, sedientos,
huyendo de la hambruna.
Y come con cuidado
esta dulce “tuna”.
Saciaré mi sed en tu boca.
No lo puedo contener.
No lo intento, no podré
ante “El beso del ayer”.
Delfín Giraldo V. -Perú-
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