Antología en edades caminando nos encuentra,
allá donde no queremos, allá donde no debemos.
Cuando perdemos el rumbo, cuando nos pueden las canas,
cuando personas ingratas se mezclan entre las sombras
juzgando nuestros quehaceres sin decírnoslo a la cara.
No hay palabra inoportuna que desligue a los amigos,
la veracidad es calma y la perfección medida.
La justicia es la princesa que mora entre cielo y tierra
y el honor la vanagloria de los que en el viento dejan
ese latido que a veces escuchas en tu interior.
Cuando rugen los leones por hambre o necesidad,
confían en sus instintos y en aquel que los creara.
Hallan pues lo necesario para seguir subsistiendo
allá donde los pusieron las manos indisolubles.
¡Que perfecta lealtad con sus familias y amigos!.
Los humanos, creación de las razas superiores,
entretenemos los actos de nuestras preciosas vidas
en lúgubres paraísos, en invenciones carentes
de toda moralidad, para intentar reflejar
que somos peor que bestias, cuando domina la envidia.
Cierra los ojos querido a todo ruido mortal...
Que la cabeza caliente cuando la llenan de dudas
es mar de eterna amargura, fuente de intenso pesar.
Tu conduces el velero en el río de tu suerte,
no dejes entrar al necio...¡Que te sonría la vida!.
Carmen Azparren Caballero
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