lunes, 6 de febrero de 2017

DESAHUCIADA


Me cobras todos los intereses del mundo
mediante un contrato (eso sí que es un contrato basura)
donde mi ignorancia no alcanza a descubrir
que todos los bienes son tuyos.

Me tienes sujeta a ti porque te gusta atarme, dominarme,
maltratarme. A cambio me permites un techo que me da cobijo
y solo en la letra pequeña adivino que se trata de un falso techo
cuyo peso he de sostener con mi trabajo precario,
mis impuestos, mis angustias a fin de mes,
mi insomnio. Un falso techo que algún día se me caerá encima,
bajo tu sonrisa uniformada y cada uno de mis céntimos en tu bolsillo.

Lloraré impotente cuando mandes antidisturbios
mientras me echas de mi casa.

Sacaré toda mi rabia cuando ellos golpeen mi puerta
y embistan contra mi resistencia
mientras me echas de mi casa.

Gritaré todos los nombres que te mereces (os merecéis)
cuando me apaleen y me arrastren
mientras me echas de mi casa.

Saldré en todas las noticias cuando mi casa,
con sus precintos policiales y todo el barrio conmocionado, sea tuya.
Cuando todas las cuentas estén saldadas y me haya suicidado.

Y estarás conforme cuando mi dinero, mi casa y mi vida,
según nuestro contrato,
por fin, te pertenezcan.

MARÍA CARVAJAL -Mérida-
Publicado en Luz Cultural

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