El sufrimiento tocó a mi puerta
pero no abrí
su aire se filtró por la orilla
suficiente para hacer brotar
durante el sueño
una pequeña lágrima.
Cada mañana se seca
nadie la nota
ni yo
Cuando era niña conocí un ave amargada
anidó dentro de mi corazón
de la vida hizo una cárcel
antes de morir tuvo polluelos que cantaban
pero los picos se les cayeron durante el ventarrón
quedaron mudos
por eso en las noches no contestan
cuando oyen los toquidos del sufrir.
AMARANTA MADRIGAL
Publicado en Ágora 16
No hay comentarios:
Publicar un comentario