Estalla el amor guardado
en los cuerpos reflejados,
como una obra de arte
de mármol entrelazado.
Como un pincel caprichoso,
delinea todas las curvas
y las vuelve a dibujar
una a una nuevamente.
El abrazo se mantiene, se estira
…y de pronto se detiene,
para volver a estallar
fundiéndose, incandescente.
Se desdibujan las formas,
los contornos se separan,
como dos desconocidos,
se detienen en la nada.
Ahora no se reconocen,
se agrandaron las distancias,
se aquietó el amor, el fuego,
el silencio los alcanza.
Permanecen separados
son dibujos en el alma,
recuerdos pirograbados,
que desdibuja el alba.
Norma García Coirolo -Uruguay-
Publicado en Acantilados de papel
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