Aquí estoy, frente a frente a mi destino,
muy cercano al olor de su presencia,
degustando el sabor de mi existencia…
negociando el final de mi camino.
Y se torna mordaz y hasta mezquino
a medida que avanza su insistencia,
carcomiendo sutil la resistencia
que le planta mi haber de peregrino.
Y descubro también la fortaleza
compañera de todos mis sentidos.
Ya no importa si acaba mi gran suerte,
sólo importan los gestos de tristeza
que me ocultan mis seres más queridos
al arribo silente de mi muerte.
RAMÓN SABA -República Dominicana-
Publicado en La Biblioteca
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