Como paisaje de hielo, su voz:
Tu Mundo no se va a acabar porque me vaya.
¡No te hagas ilusión, de amor ya no se muere!, – y contemplo
el chao de papel, pegado en la ventana.
Centrada en su viaje a nada más presta atención, y no ve que en mí,
algo se muere.
Se sienta frente a mi silla, sin una lágrima, mientras lloro y le oigo
murmurar, – ¡pobre diablo!
¡La vida mía no iba a unir eternamente a vos! – estalló.
La noche cae piano piano dolce dolce y en el pensar está:
¿qué nos hizo cambiar?
No no no ha de sonar dolce dolce la guitarra para mí,
el Niño triste dice: baja baja pajarito de la rama,
y ven a jugar conmigo.
Del libro Morada a la que no se vuelve de
OMÍLCAR CRUZ RESTREPO
No hay comentarios:
Publicar un comentario