martes, 2 de febrero de 2016

SEÑOR MÍO


Dichoso aquél, a quien escoges
de manos limpias sin falso testimonio
y tomas para Ti, como ser puro.

Nada hay fuera de Ti
en cielos y desiertos.
¡Apasionado Luminar!
Merecerte obsesiono
pero de Ti, soy indigna.

En caravana de placeres me inculcaron
a convivir con ostentación y apegos.
—Me graduaron arenales escoriados-

A veces, en supina insensatez confío:
que desde que te pienso, me examinas.
Que has salido a comunicarte conmigo
en el desolado alcor donde te espero.

Sé que nunca asistirás. Nadie te conoce.
Ninguna generación angelical te describe.
Eres Nombre inaccesible al entendimiento.

Aún así, inmerecedora e impura
no podrá tu magnánima Justicia
desconocer mi adoración por Ti.

CARMEN HEBE TANCO
Publicado en Pensamiento Poético

No hay comentarios:

Publicar un comentario