viernes, 29 de enero de 2016

AGUALUZ / fragmento.


I

Un río de luz,
Un camino de luz,
Un ojo de luz,
Una copa y una espada de luz,
Una fuente de luz, infinita, palpitante.
Un charco de luz, lágrima eterna.
Una gota de luz, y el agua del amor.
AGUALUZ, sortilegio y evanescencia diluida,
Como la escarcha de una caricia de Dios.
Un eco erguido,
En las ruinas de la lluvia,
que pronuncia las palabras más brillantes de la historia.
Fuego en movimiento que no quema.
Árboles con manos de sol.
Átomo de luz,
Pan de luz,
Carne y alma de luz.
Como un cofre dorado lleno de estrellas.
Luces gemelas que se engarzan para crear un día.
Poemas que emergen de la noche.
Veloz jaguar dorado,
Manchas de jungla en su piel,
de oxidiana y oro son tus fauces.
Amplias geometrías de metales disgregados,
Glifos que florean, en un brillante sol.
Azul/magenta de la luz de los cinabrios,
Columnas, torres, espectros de los dioses,
Que cantan jubilosos, después de una batalla,
Como pirotecnias en la noche del silencio.
fuego y transparencias de dragones.
¿Reflexión del éter infinito?
¿Refracción del diamante eterno?
¿Agua imagen de las constelaciones de oro?
¿Pájaro/vortex/torbellino y amor?
Dorado rostro del arcano de los soles.
La pirámide de Keops que en el desierto se diluye.
Transparente plenitud de cielos despintados.
Crípticos presagios del desierto.
Sol, luna, nube, espejos, que brillan con luz propia.
Resplandeciente plegaria de humo y de lámparas divinas.
El rayo que cuelga de la noche,
como un abrigo de luz,
Cobrizo cadáver que asemeja una invisible soledad.
Como un estera azul que nadie pisa.
Trigo circular que esparce su perfume,
como sus lágrimas.
Para dar de comer al mundo,
QUE SE MUERE.
Árbol de luz,
Planta y la vid, con ramajes cincelados,
Ríos de AGUALUZ,
Que alimentan a los lagos.
Espejos flamígeros y ritos reflejantes.
El filo de la espada con un místico destello.
Sacrosanto escudo de un avatar guerrero,
Que morirá por mí.
Un crepúsculo hincado, encendiendo estrellas en la noche.
La brillante corona de un hombre de oro, que está muerto.
La luna colgando del pecho de la historia
Como un círculo de plata.
Y el amor, el amor,
como un templo de cristal y aire,
que se desvanece.

La torre del silencio que ilumina una plegaria.
Un relámpago fractal que se baña con la lluvia.
Un jaguar fragmentado por un verso,
Como un cristal roto en mil pedazos.
Unas tinieblas brillando en el sueño de un poeta.
Y el beso de la mujer que ama.
Los silencios inmutables de los muertos.
Un arco iris vacío de colores,
Soledad invisible del vértigo de un loco.

II

Cuando la luz siembra sus bellos horizontes,
Las nubes construyen puentes infinitos,
Como cuando el agua del cristal de los siglos,
canta enamorada y llora de alegría.
Los sonidos que gotean como lluvia.
Se convierten,
en plegarias,
en melodías de oro puro.
En el día en que, el sol ha muerto.
Ola que abraza el tiempo y que se muere,
Agua y luz en un paisaje de azules ministerios,
Tambores, flautas, y guitarras, que suenan en la tarde,
Como un lamento del infinito.
Jubilo de serpientes, y piedras del desierto.
Salamandra que baila en el fulgor de las arenas,
Y el sol del génesis soñado,
Que brilla por los siglos de los siglos de los tiempos.
¿Son tus ojos un mar de espejos?
¿O de AGUALUZ hermosos y azulados silencios?
Rostros de estatuas minerales, ocasos húmedos,
Torres, muros, transparencias, recuerdos.
Agua que se desnuda entre mis labios.
Con tatuajes y estrellas en la piel,
Agua de ojos ardientes, agua de los años,
Y del infinito ayer.

Roberto Rochin Suarez

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