Juntar los dedos,
ver las sombras orando los abismos.
Sentir
el roce de unas manos y el amor
mostrando la silueta,
abriéndose en las charcas,
rumiando,
inflándose de lluvia en cada beso.
Adicto -el amoradicto-
siervo titulado de otras aguas,
otro mar, otro río. Siervo
también de la cascada
oblicua de algún vientre
repartido en fecundas tonadas de silencio.
Imágenes de orillas, así el amor…
ocultos obeliscos para un verso,
salvado…
ISABEL DE RUEDA -Jerez de la Frontera-
Publicado en Luz Cultural
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