miércoles, 2 de diciembre de 2015

EL DESTINO DEL QUERER.


Gusto saber que me quieres,
como el romero a la tierra,
mas el amor no es la guerra,
has de ser siempre quien fueres.
El ser los dolientes seres
picando cuan arraclanes,
el pecado de desmanes,
el armador de batallas,
los que saben y se callan,
descubrieron los afanes.

Si conoces que me hieres,
lo que es algo que me aterra,
por condición se me aferra
al bello amor que me dieres.
Si en amores suspendieres,
no confecciones tus planes
perpetrados en desvanes,
ve levantando tus sayas,
tu mal lamento te callas,
en amor de perillanes.

Cuando ya el seso absorvieres,
en el círculo que cierra
esta vida que es muy perra,
al fin te unirás a Ceres.
Ahí ya sabrás quien eres,
cuando a la Dama te ganes
y no puedas comer panes
ni tan siquiera las bayas,
serás nido de cobayas
y alimento de los canes.

Julio G. del Río -Valencia-

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