Hay que ejercer
serenamente
el ritual de pasaje
de un año a otro.
El Reveillon no trae
misterios ni tampoco
es una invasión
en nuestras vidas
con algo desconocido.
El futuro lo habremos hecho
y seguiremos haciendo
según nuestro coraje
de investir el tiempo
y voluntad de hacerlo
como un regalo a nosotros,
a los que amamos y
a toda humanidad.
¡Que el 2016 le sea
próspero en buenos hechos,
amor y reconocimientos!
Teresinka Pereira
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