Un pronunciado pico montañés
quedó expuesto
sobre las borrascosas nubes
y el sol derritió sus frisados ensueños…
Acuosos y vibrantes
emprendieron el descenso
viboreando los intrincados pedregullos.
Al arribar a la trágica planicie de la realidad
mermaron sus vértigos…
Luego
desplazándose con denodados esfuerzos
impolutos y fortalecidos
alcanzaron el río.
Finalmente
transformados en palpables objetivos
desembocaron en el océano de la felicidad
diluidos en el amor y la pasión
que dignificaron la travesía.
Juan Lopresti
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