viernes, 27 de noviembre de 2015

PUENTES


Río abajo
tomé un meandro, esquivando la maraña
no quería encontrarte
en el reflejo de mi recuerdo
sobre las aguas.
Subí a la pasarela
y detuve mi paso, sí
donde tú me sujetaste un instante
trastabillé, vi unas fauces desconocidas, macilentas
en la corriente cristalina.
Era mi piel, carcomida
por mil tropezones, noche tras noche angosta
jugando a morir
intensamente bajo la danza soporífera
de humos y alcohol
bañando cuadriláteros de dureza efímera
cual si marcaran mi desatino.
Puentes y lianas
generosidad, amplias miras, brazos tendidos
una voz rota
circunvala todo aquello que nos importa,
acaso las explosiones no terminen
mas no por ello dejaremos de vivir
el minuto, el segundo
siempre habrá un reloj que toque nuestra melodía.
Eras tú, ella
humanidad, te desnudabas
para mostrarte a todos sin menosprecios
abriendo las puertas de un mejor mañana
alaridos se escuchaban tras los montes fangosos
con olor a azufre corrupto y cemento deshilachado
eras tú, Humana existencia
y yo, el otro, el hombre, el hermano, el caído
el vencedor de una guerra sin final
te tomaba en mi regazo
acariciando tu pelo, cerrando tus párpados cansados
dirimiendo mis culpas
canto a canto, igual que un blues en la tarde plúmbea
de una hornada de cristales rotos, de cuchillos largos
sigo soñando, y duermo, y duermo, y duermo
igual que un jardinero mimo tus pétalos
porque quiero despertar
deseo despertarte, justo sí
cuando los puentes estén erguidos, y paseemos
sobre ellos, un día
de la mano, sonriendo al otro, sin saber de colores de piel,
sin pretensión de dioses verdaderos
ni órdenes, ni súbditos
ni siquiera arrumacos requeridos
sino gentiles susurros escritos por una brisa improvisada
y eso sí, un mundo preñando el cielo azul
de un arcoíris con su mejor miscelánea
multicolor… y sigo soñando, y sigo haciéndolo
quiero seguir siendo un iluso
mientras me quede un hálito de esperanza
y quede una inocencia que conquistar…

Santiago Pablo Romero -Trigueros-

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