Sol que desde el agua te reflejas, ocaso maravilloso,
placer de ojos vivos, en la inmensidad del mar
te escondes quedando solo tu brillar tenue
y después la nada, sólo el mar y cantos
de gaviotas, y en la cercanía molesta
mi dolor.
Invoco esa voz, creo escucharla desde lejos,
la siento aquí, como eco que resuena
hiriendo mi mente y mi corazón
el que agoniza día a día,
veré que su voz y su reflejo
se alejen junto al mar.
Junto al mar lo espero cada tarde,
!Le grito!, ¿Por favor regresa?
más su presencia no llega, y yo
sigo vagando por mi espacio enorme,
esperaré que el sol de nuevo
alumbre.
Dejaré que brille nuevamente la luz en mí,
ya no quiero la oscura noche,
no quiero la negra pesadilla,
simplemente anhelo paz.
Del libro. "Pasos De Niña Y Poemas" de
Ariam Diesel
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