viernes, 27 de noviembre de 2015

ERES... MI DULCE MELODÍA DE AMOR


Eres el rocío matinal
que con tu ternura
engalanas mis mañanas,
gemas de diamantes
diáfanos y relucientes,
que al vaivén del viento,
su inexorable destino,
penden de cuán firme
se adhieran a la hoja.
Tal como tu amor
y el mío,
resplandecientes
como dos cristalinas
gotas de rocío.

Eres la dulce canción
que llena de armonía
la displicente vida mía.
Eres la melodía de amor,
que alegra con sutilezas
mi enamorado corazón.
Hoy presta atención,
escucha de mis adentros
el entrecortado canto
de tu enamorado trovador,
quién lleno de emoción
intentará cautivar
y conquistar tu amor.

Eres cual angelical
canción de cuna,
recuerdo del ángel
que me arrullaba
con delicadeza,
y fina ternura
entre sus brazos,
al oír mis sollozos,
y al sentir el hurgar
de mi frenético
respirar en su corpiño.

Eres la razón de vida
en mis ávidos oídos,
que cual repetitivo
y nítido eco sonoro,
audible y distante,
me devuelves la vida
presta al instante.
Eres la dulce melodía
que mi alma arrulla
y aquieta mi ansiedades.
Eres bálsamo de paz
en mis días de tormento,
y fanal de luz entre
mis densas neblinas.

Eres la suave brisa
que mi alma acaricia,
y la delicia
de tus besos,
el néctar vedado
y prohibido
de los dioses,
exclusivamente
para mi reservados.

¿Cómo no te he de querer?
si al oír el timbre
de tu delicada tu voz,
mi alma te degusta,
y más de ti se enamora.
Es tan cierto
que con la aurora
mi alma se enamora,
y cómo con la luz
del nuevo día,
recuerdo que eres mía.
Y al llegar la noche,
somos amantes furtivos,
y no necesitamos
razón aparente,
ni motivo alguno,
para amarnos
sin tabúes,
sin ambages
ni subterfugios,
ni restricciones,
ni medidas...

George Rivas Urquiza -Perú-

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