Vivir ilusionado, es la sensación lumínica que la mente hilvana con el corazón en equilibrio máximo de irradiación de objetivos trazados, es sentirse regocijado y el alma complacido vive en un estado anímico refulgente, gozoso y dichoso.
La ilusión mantiene joven al alma, inmerso de bondades que brotan perlas y diamantes convertidas en corolas de flores, es una motivación permanente y relevante y que jamás se volatice; en cambio, se consolide como una estrella luminosa, esparciendo destellos de afectos.
Cuando el espíritu requiere estar motivado, la ilusión como el ave fénix emerge desde lo más recóndito del ser, para darle el revestimiento vivencial de armonía y algarabía, y sienta que la ilusión es imprescindible y fundamental en el corazón.
El mundo intrínseco de cada uno de nosotros, tiene que prevalecer la ilusión en todos los aspectos, es así que magnetizado en la mente, estabiliza la inteligencia emocional, que tanto necesitamos en las situaciones más críticas.
Vivir ilusionado, es hallar el sendero de paz con corteza de valores éticos, que unidos, dan la impresión de alegría y dicha en los corazones y esta sensación de ilusión, esparcirá siempre bondades positivas.
J. Portella M. -Perú-
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