Grito de paz y justicia
entre la guerra y desorden
han de colocar el orden
en la mañana de albricia.
Que depende de nosotros
constatar amaneceres
envueltos en los placeres
que nos legaron los otros.
Días de inmensa alegría
habrán de recomponer
toda la fama que ayer
por tu renacer moría.
¡Recoge la siembra ya!
de lo que plantaste, amigo
y serás el gran testigo
de lo que tu viento da.
Que si das serenidad
anidarás paz y gloria,
pero si gira tu noria
en ascuas de mortandad...
Lo que fenece se pierde
entre el aire de la tierra,
que quien desea la guerra
y la mano hermana muerde...
Compone sus devenires
en mente malabarista
olvidando al gran Artista
que forjó sus porvenires.
Carmen Elvira Azparren Caballero
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