sábado, 3 de octubre de 2015

PRIMER BESO


Tus labios forraban
los laberintos del aire
con una plenitud de remolinos,
invadían ávidos
con surcos acrecentados de aroma
un desfile sonoro de lava
que contenía el aliento
de una azotada luna,
oquedad agarrotada
a mis usurpadores belfos,
flor de savia,
donde voló a descubrir
la luz inflamada de alboradas
y escribió sobre el viento
coágulos de dulzura
con sierpes de versos.

Dudé.
Se vistió de ahogo la ternura
con un vaho terrible de agonía,
Ímpetu de los arcos del deseo
impreso en yuntas de llagas,
estrofas abatidas
presagio de un naufragio,
ser rehusados por invasor
como moneda de trueque.

Custodia.
Tu latir toleró plétoras poesías
de libros abiertos
en mi enardecido cuerpo,
espirituoso anochecer cercenado
por estrellas de esperanza,
riendas de un arado trovador
de enredadas venas líricas
confidentes del corazón.

Manuel Vílchez García de Garss.

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