(Cuento)
Llegó con una bolsa vacía, la abrió y puso en ella vocablos, reglas y miles de expresiones.
Como quien tiene la carga de transportarla, la levantó y bajó, reiteradamente, tanteando su peso.
Luego se la cargó al hombro y emprendió viaje hacia “El País de la Comunicación”.
Allí la esperaban poetas, novelistas, cuentistas y afanosos redactores.
A su arribo, la recibieron como una gran celebridad; aplaudiéndola, abrazándola, y besándola, uno por uno en cada mejilla.
La llamaban “Escritura”.
Juan Lopresti
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