sábado, 26 de septiembre de 2015

VOLAR


Una colina.
Un santuario.
Un profesor que pasea a sus discípulos.

Las huellas del esqueleto
de un soneto
escritos con tiza de agua.

La estampa heredada.
La estirpe del destello.
Un balcón de rayas amarillas.

Insepulta vanidad.
Una piedra de obsidiana
y herrumbre.

Un girasol con aspas adormecidas.
Un molino de viento
hecho con pipas mojadas.

Una pipa de ámbar y tiza
en una boca
de metro.

Un cetro de cola
de espantapájaros
y pegamento y medio.

Cazar al vuelo
el intento postrero,
postrado postre.

El ruido de una gota
de lluvia al caer
sobre una lágrima.

Volar embarcado
en arenas movedizas
con solapas en el cuello.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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