Risa
campanas de cristales. Como trinos de pájaro…
escapan de la boca demorada y se van con el viento
Fija sobre su pedazo de cielo la contempla su estrella
El río la bebe toda y alimenta sus peces con su aliento.
Una nota del canto risa, escapa, se disuelve en el aire
baja y sube, se aquieta y se desliza como gota de llanto.
La luna, desde arriba ignora a la mujer que ríe.
Descubre senos de color de plata, duros y erectos senos
para mojarse en ellos el lucero.
Ella teme que le robe su estrella
Su pálida quietud se empaña mientras
la mujer sueña.
El astro se desliza y cae sobre esa boca con rumor de besos.
Y miles de palomas desgarran mariposas en su huella.
La luna se arrebata, cubre su desnudez de caracola
Y la mujer te espera. Yo soy ella.
Quiero sentir tus labios y que me hables al oído del alma
Para trazar un puente de palabras y un desgranar de rosas.
En esta madrugada me ha rozado la luna y has tocado mis pechos.
Por eso huye mi risa fugitiva y se rompe mi calma.
¡Ven a morir conmigo en este lecho!
MARÍA ITZA.
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