Solo tú sabes
quien apretó el gatillo.
No hubo heridos
porque las balas
no llevaban pólvora.
Solo tú sabes
quien cargó el cañón.
No cayeron las murallas
porque la bala se deshacía,
en el aire, en mitad de su trayectoria.
Solo tú sabes
quien lanzó el cuchillo.
Nadie sintió el frío
de su filo porque el cuchillo
era de plástico.
Solo tú sabes
quien disparó las flechas.
Todas dieron en el blanco
y rompieron las cadenas
que ataban tus manos.
JOSÉ LUIS RUBIO
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