sábado, 4 de julio de 2015

EL MUNDO INTERIOR


Con el deseo de entender,
me quise construir anoche
el iluso y perfecto medio
para recordar mis sueños
cada vez que me despierte.

La idea se me ha ocurrido
muchas veces imaginando
que el sueño es revelación
de mundos muy diferentes
donde reposa cuerpo y mente
dándose alivio durmiendo
dejando al lado el trabajo
como a la mente el pensar.

Qué buena intención dormir
unas horas en la noche
o de día por el cansancio
ganado en intenso trabajo
y descansar como muerto
para despertarse luego
recordando raros sueños
que no tienen explicación.

Pero descansar no es igual
al dormir durante la noche
Donde aparece el dilema
que es hablar con uno mismo
al encontrar raras situaciones
que a la mente suministra
el contacto con la almohada

Entonces bien me dispuse
a reposar intensamente
con el ánimo dispuesto
a entrar en conversación
con mis propias energías
que son fantásticas de forma
las que solo me responden
en ese supuesto diálogo
de oníricas apariencias

Quise investigar entonces
la medida y los momentos
en que suceden acciones
que no son de lo terrenal,
pues pasan tan velozmente
en claroscuros de sombras
que mueven las apariencias
causales de sensaciones
como ser y no ser a la vez
que son extrañas y diversas
donde no hay natural mirada
que se explique esa insistencia
de ver afuera y por dentro
del alma pura que se oculta
en silencio hecho de palabras
que es idioma en la telepatía
acortando largas distancias
sin saber de donde llega
el mensaje que pensamos
proveniente de uno mismo.

En mis sueños todo sucede
entre las oscuras sombras
donde no puede existir color
en la caverna de la mente
donde todo lo que se mueve
no es para nada conocido
porque lo que es y no es
en cada evento se sucede
sin la medida del espacio
que parece circunstancial
de estar viajando a velocidad
causando sensación de estar
en la tierra o en cualquiera
otra parte al mismo tiempo.

El soñar se da sin pensar
en imágenes que son locas
y provienen del pensamiento
abriéndose paso en la noche
de una mente revoltosa.

Recuerdos de cosas pasadas
mezcladas unas con otras
arman historias sin cuento
sin poder uno entender
que es lo que las evoca.

El sueño no tiene el color
de la realidad de la tierra
y da diferente sentido
a la actuación que provoca
desconcierto incontrolado
sin saberse donde está
el control de los humanos
ante la pérdida de la realidad
cuando se enreda su pensamiento,
tinglado de acontecimientos
títeres de teatro por dentro,
que llaman a la risa y la burla
cuando la imagen es muda
en los mundos imaginarios
donde apariencia es cordura
de cada acción en en el sueño.

En ellos la cabeza gira toda
en búsqueda de más claridad
en desconocidos universos
porque solo hay oscuridad
en imaginación asustada.

Entonces uno bien se acuerda
que la imagen siempre cambia
al cerrar fuertemente los ojos
en esa evolución constante
como si de ella participara
una diferente conciencia
que parece ser residencia
donde el alma vive quieta
como vi que lo hacía la mía
de lo perpleja que estaba
al verme como feo fantasma
que vive en la soledad
de un inexpresivo silencio.

Creo así haber causado
a mi propio ser pesada
sorpresa con mi sueño
que era de tal modo
controlado que parecía ser
el que aportaba esas visiones
de miedo perplejas
que carecían de común sentido
en el instante en que ellas
por si mismas lo expresan.
Y mi energía se acercó entonces
a la que era mi otra versión
de manera muy temerosa
y precavida porque me sentí
flotando en tal sutileza
como ave que ha perdido sus alas,
pues parecía no tener a la vez
figura alguna corporal
pues era como una energía transparente
que es sustancia sin dimensiones
como si fuera un fantasma
que flota como en un aire sutil
sin saber lo que lo sostiene
para actuar de esa manera
en que se le ve muy sola
y temerosa de sí misma .

Mostraba extraña disposición
a comunicarse como si de verdad fuera
otra versión del alma mía que estaba allí
mostrándose en una irritante calma
como si desde antes me conociera.
Luego a lo largo de un instante
comencé a escuchar que me hablaba
en idioma telepático sin sonidos
con que me contó haber vivido
un intenso pasado siendo yo mismo
y ello convirtiose en mi interior
en una especie de duda relativa
y sentimiento que parecía
era la forma de transmitir en el sueño
sonidos que sentí me llegaban como eco
que mi asustada mente absorbía
en mi propia comprensión
como lo hace el subconsciente que trabaja
en secreto sin que tengamos que saber
la manera en que hace su trabajo inteligente
ni de cómo dicta órdenes que se entienden
en forma callada sin tener que abrir la boca.
Tampoco podía ver una imagen completa
porque en el mundo inconsciente no tiene
formas fijas que muestren de que está hecha
esa clase de energía pensante que mueve ideas
que son comprensibles de lo que es otra vida.

Por ello soñar es también la acción de traer
desde no sé dónde esas raras y difusas formas
que al no ser físicas ni mortales se diferencian
de la existencia hechas de nuestra realidad
que revela cómo palpablemente se pueden volver
invisibles únicamente cuando el hombre dormido sueña

con lo que es dado comprobar que existe otra realidad
que desaparece para reemplazar la existente materia
y formas corporales en los que son imaginados espacios
en mundos diferentes
Por ello en cada unidad vital se encuentran
ocultos seres que son aparentes y perceptibles
por la acción de las cuatro virtudes conocidas
que en el alma se transforman en espíritu inmaterial
que es sentimiento que también nos permiten entender,
sentir e informar la esencia ideal de lo que corresponde
a su espíritu con la templanza que modera excesos atados
a la razón en apetito moderado,de sobriedad y continencia
que se asemeja a la existencia de un instante en el sueño.

Entonces pude sentir la diferencia de ser lo que estaba
latente dentro de mí en percepción sin tener oposición
de conciencia ni motivos necesarios a la razón
pero que me permitían expresarlos por lo que quedé
sorprendido cuando el alma dejo de hablarme
al dejarme pensando en esto y aquello respondiendo
a mis propios interrogantes como en una pesadilla
de preguntas y respuestas sin sentido que iban y venían
en la que era una conclusión de que allí nada se hace para recordar
al despertar la vida a la conciencia.

Mi alma guardó entonces discreción
como si fuera otro ser al que llevaba yo por dentro
por lo que me dejó saber que había llegado
la hora de iniciar la suspensión del descanso
reparador sin recibir ninguna explicación
que recordar cuando estuviera despierto.
Entonces pude apreciar que entre sueño
y realidad se acortaba toda distancia
que parecía yo percibiera solo en mi cabeza
que se redujo en segundos con la acción
de reflexionar de manera muy diferente
regresando a la luz de la mente transmitida
a cada célula y sustancias vitales del cuerpo.

Así que pude sentir que recibe y transmite
información de lo presente y de lo imaginario
que ocurre en las acciones de la mente
al comenzar a unificar bajeza con la grandeza,
haciendo posible lo que es imposible,
enderezando torcidos pasos que se dan
sin importar el apoyo en el movimiento
que trabaja hasta despertar el músculo
a la hora de tener que dejar los espacios
que ocupan las imágenes que allí habitan
inmóviles en esa penumbra solitaria.

¡Oh que cosa tan extraña es lo que entra
por la pupila del ojo como virus contagioso,
que toma riendas de todo a su alrededor
incluyendo la ausente razón que atrevidamente
se extraña de la aflicción que la invade
sin tener que pedirle permiso a sujeto alguno.

Que todo sea sueño es posible en la ocurrencia
de tener en otro mundo aparente que observar
nos dicen existe desde el pasado más antiguo
donde el sueño del amor juntó el cetro de los reyes
con los báculos pastorales de la gente pobre,
juntando grandeza con bajeza sin oposición ,
por ello allí lo imposible se hizo posible,
se igualaron las diferencias en estados
y clases sociales lo que era circunstancial
e igual ello se hizo grande y hasta poderoso
si le agregamos que la realidad estaba
para entonces pendiente de la sorpresa,
que no pudo darse un mejor ejemplo
que el que nos trajo la muerte que tiene
el poder de trocar pasos torcidos con flojos,
ser indiferente a la pérdida de la vida
cuando ella se lleva a los terribles infiernos
sin permitir mirar atrás en el espejo de uno mismo
la ancianidad perturbadora o la injusticia
con que al joven entierra la huesuda enemiga
a la que la edad importa poco para el tiempo
que da como ella pasos largos y firmes
que no se dejan alcanzar de vida ni arrepentimiento
para evitar que con solo torcer el rostro
puede reaparecer el instante de volver a vivir despertando.
En ese momento recordé que no toda la vida es sueño
deduciendo por ello que es mejor sentirse vivo
dejando los ojos a la hora de dormir
cerrado uno y el otro bien abierto.

Del libro Rimas y Palabras de A. J. Ortega 

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