EL ECO DE LA LITERATURA
Le pareció oír unas pisadas en el pasillo de su casa mientras afuera se desencadenaba una tormenta con relámpagos, truenos y rayos. El hombre, con el libro entre las manos, se estremeció. Aguzó el oído, las pisadas no eran tales, sino el aullido del viento al chocar contra las persianas. De repente, se fue la luz. El hombre, medroso, se acurrucó en la butaca.
Al cabo de un rato, aplacado el viento y con la tormenta en lontananza, vuelta la corriente eléctrica, el hombre, pasado lo peor, leyó: “Le pareció oír unas pisadas en el pasillo mientras afuera se desencadenaba una aparatosa tormenta…”
IMPERFECCIÓN INSUPERABLE
La mujer era tan impecable en su imperfección, que alguien la llamó la imperfección perfecta.
Del libro El espectáculo más hermoso de
SALVADOR ROBLES MIRAS
Publicado en Los libros de las gaviotas
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