domingo, 5 de julio de 2015

CÓMPLICE ESCRITURA


Trató de escribir con sus yemas
sobre la humedad de la ventana,
que el amor al alma llena
sin necesidad de una cama.

Con letras temblorosas estampó
lo que su corazón pensaba
obviando sentires que la penumbra ocultó
auxiliada por las sábanas.

El vidrio de gotas empapado
producto de caricias y abrazos
fue testigo fiel... y callado,
jamás delataría al ocaso.

Pudo poner sus nombres
y que de esa relación se enteren,
mas no traicionaría a la noche
ni a los furtivos placeres.

Estuvo a merced de sus dedos
desbaratar próximos encuentros,
pero solo escribió un ¡te quiero!
para vivir más excitantes momentos.

Ramón Pablo Ayala (Argentina)

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