Siempre he comido pan duro,
sin tener un solo diente
y aunque Satanás intente
que no me de contra un muro.
Hay un sufrimiento puro,
de los de toda la vida,
el de partida perdida
tras dar lo que se ha tenido,
sabiendo que se ha sufrido
con la mirada imbatida.
He nacido castellano
y desprecio la riqueza,
pero tengo gran presteza
en ayudar a mi hermano.
Nunca miro lo que gano
y sé que no gano nada,
a veces una mirada
de bello agradecimiento,
pero sólo es un momento
y una lágrima quebrada.
Moriré cuan he nacido,
tan pobre como una rata
de esas a las que mata
duro puntapié perdido.
No me he de ïr dolido
pues guardará mi memoria
quien sabe mi triste historia;
una historia castellana,
una vida simple y llana
de las que narran sin gloria.
Julio G. del Río -Valencia-
No hay comentarios:
Publicar un comentario