Y me preguntas tú, ¿por qué estoy triste?
¿acaso tú no vives tu tristeza?,
si el ser feliz a lo mejor no existe,
quizás es ilusión, quizá quimera.
La tristeza recóndita del alma
no se puede apagar con la sonrisa
porque al final la pena nos delata
dejando el corazón hecho ceniza.
Quien pueda ser feliz, no lo desprecie,
que viva cual si el mundo no existiera,
que si yo por mi gusto vivo triste
ninguno por mis penas escarmienta.
Por eso cuando tú infeliz, preguntes
lo que es felicidad, lo que es tristeza,
recuerda, como amigo te lo dije:
Procura ser feliz… y nada espera.
Gustavo Fajardo y Mora -España-
Publicado en la revista Oriflama 26
No hay comentarios:
Publicar un comentario