Como cualquier hombre
Que piensa y ama,
Creo en la voluntad de los nombres
¡Igualdad y democracia!
Creo en la trascendencia
De los nobles humanos,
Nacidos para dialogar
Trascurrir entre la voz y la palabra.
Nacimos pintando en el boceto
De alma, carne y utopías,
Haciendo mella en las caricias
De trascender para todos los tiempos.
¡Vivimos! Todos al día a día
Somos utopía en las raíces de la tierra,
Semillas que se siembra para encarnar valores
Y bondadosas libertades.
Creo en el reflejo de mi espejo
Que todos los días me acompaña,
Se ha vuelto mi fiel compañero
¡Vive conmigo las aventuras con el alma!
Mis risas y las pasiones que llevo,
A condición sé enojarme al ver su reflejo,
De decirle, digno eres de ser mi amigo
Yo mismo, mi mejor consejero.
Creo en la utopía de estrecharnos por la palabra
Compuesto estoy, siendo esencia que electriza,
Mis más profundos deseos
Somos verbo y palabra.
Trascender por herencia en la memoria
Somos y seremos lo que es presente,
Hace cuando se educa, seremos lo que fuimos
Rebobinando nuestras experiencias.
Creo en lo colectivo
Y lo público es nuestro derecho,
De nutrirnos el alma
Y luego tiempo al tiempo.
Creo en la memoria de que somos
Y estamos hechos de esperanza,
¡Y así! creo en esa alegoría, armonía en el interior
Desbordando hoy la primera palabra.
Colmarnos seguros
De luchar por ser en igualdad,
Que nos lleve a vivir dignamente
¡Somos solidaridad!
Creo en la utopía
De las humanidades, de los pueblos,
Que entre letras dejan grabado en una placa…
Emilio Lledó, filósofo de la vida.
Humildad es tu enseñanza
Para con todos los hombres,
Como todos hombres públicos,
De carne y hueso.
Enrique Palma
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