El sonidista ha callado los violines.
Sin maquillaje los primeros actores
no hacen suspirar a nadie.
Las cámaras no insinúan travellings imposibles.
El utilero apagó la máquina de niebla.
En lúbricos descapotados
jóvenes desparpajados van en busca
de cerveza y primeras planas policiales.
Crepitan en el estudio los reflectores al enfriarse.
El Stenway & Sons contrae
y despereza su maderamen.
Un extra rescata una lentejuela perdida
y la regala a un interesante
par de ojos castaños de vaqueros ajustados.
Lejos de las ópticas implacables
y de la temperatura color.
AHORA
Empiezan a lucir
sus sonrisas verdaderas.
Francisco Alberto Chiroleu -Argentina-
Publicado en Suplemento de Realidades y Ficciones 63
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