Pido para mi muerte un esclavo de azul.
Él me llevará por la huesería
a brazadas de oso el río espeso
alejará las calaveras
que muerden los pies del recién caído.
Un hombre.
Nadará por mí.
No se atreverán con su durísima carne
las tortugas lentas de los islotes.
Transitar los castigos
las gracias de esta vida.
Tanta materia agitada.
Lo pido azul hecho de río.
Que por los peligros de la muerte
me lleve me deje dormir.
Del libro “Forense. Estación fantasma” de
Marion Berguenfeld -Argentina-
Compartido por Rolando Revagliatti
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