Roja es tu sangre, rojos tus labios,
y rojo el infierno que llevas en tu cuerpo
que me calcina el corazón con su calor.
Quiero abrazarte...
para que sueñes o grites de placer
en tu pasión abrasadora
y puedas saciar el hambre de tu corazón
y la melancolía de tu alma.
Eres una ofrenda a la vida
que hace enloquecer mi espíritu amoroso
cuando te desnudo en silencio
buscando la sombra de tu vientre
y las mariposas posadas en tus senos.
¡Qué no se apague el ruido de tus besos!
ni se esconda el movimiento de tu cuerpo
para apoderarme de tu mundo
y dejar las huellas de mis manos
en tu sutil y fresca piel
bañada por las aguas de mi amor.
Cobíjame con tus caricias de luz y cielo
y que tu grito final
llegue a su encuentro con el mío.
Ysidro Parra -Venezuela-
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