El cansancio se apropia de mi espacio interior,
sé que el agónico agotamiento acecha,
que el pesar anidó entre las hebras de mis músculos.
Quiero dormir en brazos del olvido,
cansar al cansancio con los ojos cerrados
y que el paraíso pose su mies a mis pies.
Irrumpir en la anatomía de mi exhausto presente,
ser la avanzada mañana que espera
anhelante,
brazos de terciopelo.
Y postrar el cansancio en pos del marchito fluir
caminante de derrotas
abrasado a la breve antología de los sueños.
Ser mullida hierba,
reposo del dolor,
caricias de ojos mudos.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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