miércoles, 24 de junio de 2015

BENDITA SEA LA SERPIENTE


¡Qué hermosa es la brama de la Inmensidad!
La saliva que pega el infinito es esplendorosa
y el componente de las skandhas es mi luz
por algo la escandalosa llamó a mi desperdicio
luz de mi beso y por las calles
se destrampa
con avisos de que la he besado;
yo tiré moco al espacio de los Vientos,
rompí gravitones, me acomodé en el grajo
para evitar la compresión infinita
y hacer espacio a mis güevos
y Neshamá va espiritualosa, ebria de mi thymos,
toda emociones porque yo la he besado
y mi beso se hizo alma.

Beso a Anatta, la No-Alma,
la reconozco como mi delicia.
Pido a esa serpiente compañía.
Que no me deje solo.
Sea mi hembra en lo oscuro.
«Sea la primera luz de mi Logos».
Sea mi epitimia, sabor de mis gargajos.
Aroma de mis sobaquinas.
Feromona de mi deseo.

Yo la escupí para hacerla serpiente,
distante a mis calzones y su desnudez
es hermosura y yo le guiño el ojo
en los relámpagos.

Me gusta ver a esa diabla,
escandalosa, lúbrica, enamorada.

Beso a Anatta y me sorprendo que yo escupo
luz y la luz es hermosa como ella,
que yo escupo separación
y ella es unitiva, distribuye mi aliento
y se enamora de mi esencia.
Bendita sea la Serpiente del Paraíso.

Del libro Teth de mi serpiente de Carlos López Azur -Estados Unidos-
Publicado en Suplemento de Realidades y Ficciones 65

No hay comentarios:

Publicar un comentario