Andaba yo extasiándome en un álbum
al que suelo acudir cuando compruebo
que llega un nuevo otoño deshojando
sombras de ayer, memorias de mañana.
Estaba en una lluvia que conozco.
Lo que se amó una vez y tuvo alas
nos puede alucinar si, de repente,
al alma encuentra un sueño al que exiliarse.
Los ojos en que vimos una cierta
Felicidad no cesan de mirarnos.
Dos hijas, varios miles de poemas,
sesenta soliviantos por minuto,
un desamparo que sacudo contra
el muro más altivo, siete fechas
que alumbran en mi pecho y no desmayan
en esto transparente de acercarme
lo que más emociona… Mis poderes.
Estaba en una lluvia que conozco
y apareciste tú, como el que busca
alguien con quien hablar de lo divino.
Del libro “LA LLUVIA DESEADA” de ANDRÉS MIRÓN -Sevilla-
1º Premio, XXI Certamen de Poesía Searus, 1998
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