(Soleá)
No cuentes más tu dolor
que se despiertan las penas
dentro de tu corazón,
resbalando por tus venas.
No tengo na que perder:
si me pierdo por tu culpa,
me pierdo por tu querer.
El pobre coraón mío
no se cansa de sufrir,
con to lo que ya ha sufrío.
Coletilla final
Tengo una fuente
para que beba
dentro del alma
mi compañera
Eugenio Carrasco
Publicado en la revista Aldaba 24
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