Desde el abrupto sendero
en el que camino, cerca del abismo,
temo la pisada indecisa
penetrando la espesura del pensamiento.
Lo peor, es trastocarlo todo,
arrepentir la palabra,
que celosa prolifera en tu búsqueda,
afanosa de llanura transitable en la senda.
También aquí, se llenan con esos
molestos pedruscos resbaladizos,
y con todas las hipócritas realidades,
esas venenosas pinceladas, conjuradas
para matar la libertad de mis poemas.
He bebido de tu mismo vaso.
He sentido el insensible vacío,
esa esencia entre cubitos de hielo suspendida.
He oído tus versos engendrados en una tarde
por ese niño-hombre insatisfecho, buscador
empedernido del amor y sus misterios.
La sal de todos los mares se ha disuelto
ante las energías inauditas de mis sueños,
porque yo, también busqué inmensos azules,
donde la negrura cubría,
ígneas zonas del pensamiento.
Mañana, te regalaré otras olas,
las que no han besado
costas profanadas, porque te amo,
entre impoluta, espuma que cabalga
en pos de vientos nuevos y...
silenciosos alisios que la encumbran.
Mayte Andrade -Benicarló - Castellón-
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