sábado, 28 de marzo de 2015

TANTO POR DESCUBRIR


Apuesto las hojas
Y un quintal de tinta
Anudo las cuerdas
Y mi piel entregada al olvido
Apelo al entendimiento
Y encuentro tu mirada delineando horizontes.
Tu montura, pace tranquila entre los rayos de luz
Y devuelvo una caricia a sus crines
Unas bayas he mordido cerca de tus labios
Y degusto el albor escogido para hallar la verdad
Aguas tranquilas lavan la roca a tus puertas
Y entiendo tu poder alienante, ríndome a tu influjo.
Sabiduría que escoges a los hombres dignos
Haciéndolos doctos, atormenta a los necios
Dilapidas las estelas de los ruines sentimientos
Lóbregos atardeceres de cuerpos que yacen a la sombra
Grises tonalidades de un mundo sin esteros
Yacen las espadas escondidas, la sangre reseca espera.
Piños de urdimbre sin abolengo conocido
Patrañas de lisonjas sin dulzor ni befos señalados
Pergeñados de alforjas sin aposentos, lechos manchados
Pluscuamperfectos tiempos que nada deja sin sorna
Podrán caer, o crecer, y nada quedará escrito.
Cimbrean las cuerdas, hacedor de melodías, flamea
Coquetean las curvas, instigador de danzas, seduce
Cuestionadas improntas sabremos seguir, podemos
Caléndulas florecen a los pies del túmulo fresco
Cercenad su pose, y valorad los mentideros en ruinas.
Inicio el recuento de las líneas con tu nombre
Para asir de tus retinas mi existir, mi delirio
La fábula trazará renglones rectos sobre el tiempo.

Santiago Pablo Romero -Trigueros-

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