Si en la mente no hay afecto,
en el poema no hay vida...
Cuando el amor nos deja,
somos extraños al sentir,
y lo buscamos con afán.
Perdiéndonos entre la gente,
tratando de hallar un recuerdo,
que se deslizo sin ser visto,
entre las manos entrelazadas,
que dejaron de estarlo,
para despedirse una tarde,
en que la lluvia caía triste,
sobre los paraguas abiertos,
al salir de aquella cafetería,
la última vez que nos vimos.
Y un frío rabiosamente helado,
nos hizo sentir,aún más frío.
Si en la mente no hay afecto,
en el poema no hay vida...
Cuando el amor nos deja,
somos extraños al sentir,
y lo buscamos con afán.
Perdiéndonos entre la gente.
MARÍA LUISA HERAS VÁZQUEZ -Barcelona-
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