domingo, 29 de marzo de 2015

¿POR QUÉ?


¿Por qué inducir el llanto del niño
qué sólo pide tu presencia de padre?
Un abrazo al anochecer
para dormir confiado que tú cuidas de él.
Necesita tu mirada audaz al despertar,
esa que le dará la fortaleza
y le recordará que no está solo.

¿Por qué dañarla
y crucificarla en tormento,
a esa alma moribunda qué te entregó
lo más cálido de sus años,
transformando las arrugas de sus sueños
en partícula de tu ser?
¿Cuántas lágrimas le arrancaste
y en silencio ella dejó caer?

¿Por qué callar el buen espíritu del amigo
o del hermano que sueña alto?
¿Será por el cascarón de tu existencia?
Vives amargado, como apagado.

¿Por qué vives quejándote de todo,
cuando muchas de tus desgracia son creación tuya?
¿Por qué no buscar otra puerta
que te dé la salida a otros mundos?
Mas así te liberes de los fantasmas del remordimiento.

¿Por qué no cambiar el mal por el bien?
Si el agobio te provoca malestar,
la bondad te lo puede extirpar...

Ingrid Carolina Amaya -Estados Unidos-

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