Mientras me deshago de los versos
y las tentaciones de las palabras
inservibles
de la mujer que duerme a mi lado esta noche,
intento llamar al pájaro del estrecho tragaluz
espero salga de la sombra
como lo adivinaba aquel poema que leí y olvidé.
Le espero… hasta que salga de mi boca
y desaparezca en el silencio.
Mientras doy la vuelta
de un lado a otro
en el hueco de mi deseo
tampoco pienso en una muerte
tan clara como dormir
en este momento.
La ignorante mujer, casi inocente
sonríe en la penumbra.
Mi idea desprecia el amanecer surgente
me levanto descubriendo el juego
nada de pájaros
las carcajadas de esta mujer son la única verdad.
“No es más que viento”, diré
repitiendo la frase de Gilgamesh el mesopotámico
un antepasado raro,
y vuelvo a besar las rosas del mantel.
El pájaro es un viejo recuerdo
de apoderada noche.
ABDUL HADI SADOUN -Irak-
Publicado en Luz Cultural
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