Cae la lluvia,
las gotas modelan tu cuerpo
con versos de insomnio y de poeta,
cae la lluvia, como un cometa,
y mis besos se desploman
por tus besos ascetas
y te alimentas de la sabiduría
que alinean las nubes
de los planetas.
Cae la lluvia de origen celeste,
y tu piel bronceada
que nunca estará reseca
se estremece al ritmo
y al vaivén de las estrofas
qué te dibujan completa,
y te quieren sus metáforas
en sus alegoría,
en su lírica de manantial,
de profecía, y no de profeta.
Cae la lluvia,
y las gotas que resbalan
por tu cuerpo, son el deseo,
el recorrido
de todas nuestras promesas,
las que dejamos escritas,
las que nadie nos robará,
las qie se toman
y nunca se quedarán quietas
porque son promesas de amar.
Fernando Novalbos Sanchez
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