NACÍ EN MACONDO

Hijo de algún Buendía
yo nací en Macondo,
a la hora de la siesta,
en el decimonoveno reglón de la página 4,
cuando la esquina se pintaba de naranja
y el sol se filtraba por las hendijas
de la persiana del comedor;
creo que tenía 15 años,
que aún buscaba el mar esmeralda
y creía en los milagros paganos
esos que todos llamaban magia.
Crecí de golpe, en unas cuantas tardes;
luego de alguna decena de páginas
perdí la ingenuidad
y rápidamente comprendí
que no todo Buendía
tiene siempre un buen final.

Leandro Murciego